Ocho personas fueron asesinadas y otros cinco cadáveres fueron encontrados en una fosa clandestina en Acapulco en un día particularmente sangriento para la ciudad turística mexicana plagada de violencia.
El portavoz de seguridad del estado de Guerrero, Roberto Álvarez, dijo que el domingo “fue un día horrible”.
Empezó temprano con el descubrimiento de los cuerpos de tres jóvenes con torniquetes alrededor del cuello e indicios de tortura en la localidad de San Agustín, a las orillas de Acapulco.
Más tarde por la mañana, estalló un tiroteo entre la policía y hombres armados en una avenida central. Un sospechoso fue muerto a tiros en una persecución posterior y tres fueron arrestados.
Todavía antes del mediodía, hombres armados irrumpieron en un bar y le dispararon a un hombre y una mujer que estaban bebiendo allí.
La policía capturó a los agresores, quienes reportaron la existencia de la tumba clandestina y una búsqueda reveló los cadáveres de cuatro hombres y una mujer. Las autoridades dijeron que iban a reanudar la búsqueda el lunes basados en la convicción de que pudiera haber más cadáveres en al menos dos propiedades adyacentes.
La violencia, en tanto, continuó y por la tarde, unos pistoleros persiguieron y mataron a dos hombres. Vecinos encontraron los cadáveres y lo reportaron a las autoridades.
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Guerrero ha sido uno de los peores sitios de violencia por el crimen organizado en años recientes en México. El estado registró 1,726 homicidios entre enero y septiembre, de acuerdo con estadísticas federales, un alza ligera comparada con 1,654 en el mismo período el año pasado y mucho más que ninguna otra entidad.
En otra parte del estado, residentes en la municipalidad de Copanatoyac reportaron que cuatro cadáveres fueron hallados en una zanja el domingo. Álvarez, el vocero de seguridad, dijo que las autoridades trataban de confirmar reportes de asesinatos en Iguala, Taxco y Tlapa.
